ALICIA
EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
CAPÍTULO
I: EL DESCENSO POR LA MADRIGUERA
Alicia
se encontraba sentada en un árbol al aire libre aburrida junto a su hermana.
Ésta última leía un libro "sin ilustraciones ni diálogos", lo que
hace que Alicia se sienta aburrida.
De
un momento a otro, aparece junto a ella un conejo blanco vestido con chaqueta y
chaleco; que corre murmurando que llega tarde, mirando su reloj de bolsillo.
Alicia se interesa por él y decide seguirlo y entrar a su madriguera. Ésta
resulta ser un túnel horizontal más profundo que lo esperado, el cual se
convierte en un pozo vertical sin asidero, por donde Alicia cae durante mucho
tiempo recordando a su gato, y cosas que aprende en su escuela y preguntándose
si algún día llegará al suelo. En el trayecto, Alicia se pregunta si el túnel
la hará llegar a las "antipáticas", confundiendo el término con las
antípodas.
Cuando
finaliza su caída, Alicia entra en un mundo de absurdos y paradojas lógicas. El
conejo había desaparecido, y Alicia encuentra una pequeña botella, la primera
de varias que encontraría en su aventura, que sólo dice «BÉBEME», lo que Alicia
hace atraída por la curiosidad. La poción encogió a Alicia hasta hacerla medir
veinticinco centímetros de altura.
Después,
Alicia intenta abrir una pequeña puerta para continuar explorando el mundo
nuevo. A través de la puerta se observa un hermoso jardín, pero la llave que
abre la puerta está sobre una mesa que Alicia no puede alcanzar. La niña
intenta recuperar su estatura normal comiendo un pastel que encuentra con el
letrero «CÓMEME».
CAPÍTULO
II: EN UN MAR DE LÁGRIMAS
El
pastel tiene el efecto esperado y crece más de dos metros. Con su nueva altura,
Alicia consigue tomar la llave, pero al no parar de crecer, se estrella contra
el techo y no puede acceder a la puertecita. Alicia empieza a llorar, llenando
la habitación con un charco de lágrimas de diez centímetros de profundidad. El
Conejo Blanco pasa nuevamente frente a la niña, apresurado y sin querer, el
conejo dejó caer el abanico de Alicia, el cual resulta ser mágico, y consigue
que Alicia comience a encogerse de nuevo, hasta que lanza lejos el abanico para
detener el proceso.
El
charco de lágrimas es ahora un mar donde Alicia se ve forzada a nadar para no
ahogarse. A su lado pasa nadando un ratón, y Alicia intenta hablar con él. El
Ratón se ofrece a guiarla hasta la orilla. En el camino, Alicia ve que otros
animales también se encuentran nadando y tratando de salir del mar de lágrimas.
Entre los animales, Alicia distingue a un Pato, un Dodo, un Aguilucho y un
Loro.
CAPÍTULO III: UNA CARRERA EN COMITÉ Y UN CUENTO LARGO Y CON COLA
En
este capítulo, Alicia y los animales llegan a tierra firme. El Dodo organiza
una carrera para secarse. La carrera no tiene reglas ni duración definida,
salvo correr en círculos, lo que hacen todos hasta quedar secos. El Dodo
también decide declarar ganadores de la carrera a todos los participantes, y
decide que Alicia es quien otorgará los premios. Ante el acoso general, Alicia
hurga en sus bolsillos y encuentra varios confites, que reparte entre todos.
Como la niña también fue ganadora de la carrera, pero no recibió confite, su
premio es un dedal que ella misma tenía en el bolsillo, y que da al Dodo para
que, simbólicamente, éste entregue el premio.
El
capítulo finaliza con una explicación del ratón donde dice porqué odia a los
gatos y a los perros. Imprudentemente, Alicia menciona a su gata Dina y su
habilidad para cazar ratones, consguiendo así hastiar a todos los animales, que
se retiran hasta dejar a la niña sola.
CAPÍTULO
IV: LA HABITACIÓN DEL CONEJO BLANCO
En
este capítulo, Alicia ve pasar nuevamente al Conejo Blanco, el cual está
buscando su abanico desesperadamente, y al ver a Alicia, la confunde con su
criada Mary Ann, y le exige que vaya a buscar el abanico a su casa. Alicia
obedece, fingiendo ser Mary Ann, para no entrar en discusiones; y llega a una
casa en cuya puerta dice "C. BLANCO". Cuando Alicia entra, sube a un
cuarto donde encuentra el abanico, y otra botella con líquido. A pesar de que
la botella no tenía letrero alguno, esta vez Alicia bebe por curiosidad, ya que
todas las bebidas de ese mundo le han provocado efectos sorprendentes. Esta no
es la excepción, y el tamaño de Alicia aumenta hasta hacerla quedar atorada
dentro de la habitación. Cuando el Conejo Blanco llega a reclamar su abanico,
solo ve un enorme brazo saliendo de la ventana en el piso superior de su casa.
El conejo va entonces a pedir ayuda, ignorando que el brazo pertenece a una
níña gigante; y la multitud que se reúne afuera comienza a proponer varias
soluciones para retirar al brazo, llegando a proponer el prender fuego a la
casa. Finalmente, todos comienzan a arrojar panecillos mágicos por la ventana.
Alicia come algunos y disminuye de tamaño hasta poder salir de la casa. Alicia
huye de la multitud y se pierde en un bosque cercano, donde se detiene frente a
un hongo gigante.
CAPÍTULO
V: EL CONSEJO DE UNA ORUGA
Encima
de la seta gigante, Alicia encontró sentada a una oruga azul, fumando un
narguile. La Oruga, de manera prepotente, interrogó a la niña sobre su
identidad. Ella estaba confundida porque había cambiado varias veces de tamaño
y podría haber perdido su identidad y en ese momento ella no sabía quien era.
Ambos personajes discuten en un círculo vicioso. Después, Alicia expresa su
inconformidad con su estatura actual de siete centímetros, al considerarla una
birria. Como esa era la altura de la Oruga, el animal se retira ofendido,
diciéndole a Alicia que la seta también puede afectar su estatura, para
disminuirla, si comía de un lado de la seta; o para aumentarla, si comía del
otro. Como Alicia no podía saber qué lado era cual, cortó dos pedacitos de los
extremos opuestos. Al probarlos, los pedacitos surtieron el efecto esperado:
uno hacía que Alicia encogiera, mientras que el otro estiraba su figura,
desproporcionándola. Alicia tuvo que comer varias veces de cada uno de los
pedazos hasta alcanzar una estatura satisfactoria. Finalmente, Alicia vio una
casita de un metro y veinte de altura, a la que decidió llamar, por lo que
ajustó su estatura a veinticinco centímetros.
CAPÍTULO
VI: CERDO Y PIMIENTA
Antes
de que Alicia se decidiera a aproximarse a la casita, salió del bosque quien
parecía ser un lacayo, pero con cabeza de pez. El lacayo llamó a la puerta y
apareció un segundo lacayo, con cabeza de rana. Alicia escuchó que el Lacayo
Pez traía una invitación para la Duquesa, dueña de la casa, de parte de la
Reina de Corazones, para jugar al croquet. Acto seguido, el Lacayo Pez se fue,
y el Lacayo Rana se quedó sentado fuera de la casa. Alicia quiso primero llamar
a la puerta para entrar, y segundo que el Lacayo Rana le abriera la misma. Pero
el Lacayo Rana no tenía intenciones de abrir la puerta, ni de conversar con
Alicia, por lo que la niña simplemente abrió la puerta ella misma y entró a la
casa.
Dentro de la casa estaba la
Duquesa, sosteniendo a un bebé, y junto a su cocinera que preparaba una sopa
que tenía demasiada pimienta. También estaba en el suelo un gato sonriente, al
que la Duquesa presentó como un gato de Cheshire. La Duquesa entregó al bebé a
Alicia para que lo arrullara un poco, y aprovechó para desaparecer arguyendo
que debía asistir al juego de croquet de la Reina. Cuando Alicia intentó mecer
al bebé, que se movía incansablemente, éste comenzó a transformarse en un
cerdo. Alicia salió de la casa y puso al cerdo en libertad. La niña continuó su
camino por el bosque, donde reencontró al Gato de Cheshire, quien la invita a
visitar al Sombrerero o a la Liebre de Marzo. Alicia decide ir a la casa de
esta última.
CAPÍTULO
VII: UNA MERIENDA DE LOCOS
Cuando
Alicia llega a la casa de la Liebre, observa que está, el Sombrerero y un Lirón
se encuentran tomando el té al frente de la casa. Alicia se une a los
comensales, y comienza a conversar con ellos. En el transcurso de la
conversación, Alicia menciona que es 4 de mayo que es la fecha de nacimiento de
Alice Liddell. Los personajes hacen una serie de acertijos y confunden a Alicia
con su aparente falta de lógica, hasta que la niña abandona el lugar,
convencida de haber asistido al "té más insufrible" que había visto
en su vida. A continuación, Alicia encuentra una puertecita en un árbol, la
cual atraviesa para entrar al jardín de croquet.
CAPÍTULO
VIII: EL CROQUET DE LA REINA
El
rey y la reina de corazones, así como sus súbditos, son naipes de una baraja
inglesa. En la entrada del jardín, Alicia encuentra a un trío de jardineros
pintando un rosal.
Los
jardineros habían plantado un rosal blanco donde debía haber uno de color rojo,
por lo que estaban pintando las rosas apresuradamente, antes de que la reina
descubriera el error. Sin embargo, los reyes de corazones y su cortejo pasaron
por allí. La reina, al descubrir la treta de los jardineros, ordena que sean
decapitados. Para evitarlo, Alicia esconde a las cartas en una maceta, y los
verdugos, para salir del aprieto, hacen creer a la reina que ya cumplieron con
la sentencia. Alicia acompaña al grupo,
y percibe que a su lado va el Conejo Blanco, quien estaba aterrado por la imponente
presencia de la reina.
Una
vez en el campo, Alicia vio que el juego tenía características peculiares y se
jugaba sin ningún orden, discutiendo continuamente, y la Reina de Corazones
ordenaba que le cortaran la cabeza a todo el que se le ocurría.
En medio del caos, apareció
en el aire la cabeza del Gato de Cheshire, y Alicia se sintió aliviada de poder
conversar con alguien conocido. El Rey de Corazones se sintió intrigado por el
gato. La reina, al ver al gato, como era su costumbre, ordenó que le cortasen
la cabeza. El verdugo y el rey se confundieron terriblemente pues el gato sólo
había hecho aparecer su cabeza y no era evidente que hubiera un cuerpo de dónde
cortarla. Alicia sugirió que para aclarar la confusión, habría que preguntarle
a la Duquesa que, al fin y al cabo, era la dueña del gato. La reina ordenó
entonces que se liberase a la Duquesa de la cárcel. Sin embargo, cuando la
Duquesa llegó al jardín, el gato había desaparecido nuevamente
CAPÍTULO
IX: HISTORIA DE LA FALSA TORTUGA
En
este capítulo, la Duquesa se porta muy amable con Alicia, lo que hace a Alicia
pensar que tal vez la pimienta tiene un efecto negativo en el carácter de la
gente; concluyendo también que el vinagre y la manzanilla deben ser también
negativos, y es preferible el consumo de azúcares y golosinas para tener buen
carácter. Alicia notó, además, que la Duquesa era feísima. Mientras Alicia y la
Duquesa conversaban amistosamente, llegó la Reina de Corazones y ahuyentó a la
Duquesa. La reina lleva a Alicia ante un Grifo durmiente, y le pide a éste que
lleve a la niña a donde se encuentra la Falsa Tortuga, para que le cuente
"su historia". El Grifo obedece, y transporta a Alicia a donde se
encuentra una criatura sollozante, con caparazón de tortuga, pero cabeza y patas
de Novillo.
CAPÍTULO
X: LA CUADRILLA DE LA LANGOSTA
En
este capítulo, la Falsa Tortuga canta una canción sobre un baile de langostas
en el fondo del mar. Alicia, por su parte, narra sus aventuras desde que cayó
por la madriguera del Conejo Blanco. El Grifo y la Falsa Tortuga escuchan hasta
el encuentro con la Oruga Azul, y encuentran que la historia es muy extraña. La
Falsa Tortuga canta entonces una canción sobre la sopa de tortuga, y
súbitamente son interrumpidos por un grito lejano, que anuncia el comienzo de un
juicio. El Grifo toma a Alicia y la lleva corriendo al juicio, mientras la
Falsa Tortuga se queda, terminando su canción.
CAPÍTULO
XI: ¿QUIÉN ROBÓ LAS TARTAS?
Cuando
Alicia llega a donde se efectuará el juicio, ve que se ha constituido un jurado
de animales frente a los tronos del Rey y la Reina de Corazones; alrededor de
los cuales estaba el mazo de naipes y una multitud de animales espectadores. El
acusado era la Sota de Corazones, y el Conejo Blanco fungía de heraldo de la
corte. Según un poema recitado por el conejo, la Sota era acusada de haber
robado las tartas que la reina preparó en un día de verano. El Sombrerero fue
llamado como primer testigo, y acudió acompañado de la Liebre de Marzo y el
Lirón. El testimonio del Sombrerero rápidamente derivó en una discusión con el
Rey de Corazones, quien estaba intrigado por la etiqueta del sombrero, y por el
té que el Sombrerero tomaba antes de llegar. Mientras esta discusión tenía
lugar y los personajes dejan de prestar atención al juicio, Alicia comienza a crecer
repentinamente. El capítulo termina cuando el Conejo Blanco llama a Alicia como
siguiente testigo.
CAPÍTULO
XII: LA DECLARACIÓN DE ALICIA
El
capítulo final comienza narrando la participación de Alicia en el juicio.
Habiendo olvidado que súbitamente recuperó su altura normal, se levanta para
comparecer como testigo y derriba sin querer todo a su alrededor. El testimonio
de Alicia termina en seguida, al preguntarle el rey qué sabe de este asunto, a
lo cual Alicia responde que nada. Acto seguido, el Conejo Blanco lee la última
prueba de la que dispone: una carta sin firma que, en forma de poema, describe
cómo las tartas regresan a su dueña original. Cuando el rey analiza los versos,
todos ven que las tartas, en efecto, se encuentran sobre la mesa. La reina, sin
embargo, insiste en dar una sentencia a la Sota, incluso antes de escuchar un
veredicto del jurado. Alicia encuentra absurda la situación, y la reina ordena
entonces que sea decapitada. Cuando las cartas saltan para atacar a Alicia,
ésta vuelve súbitamente al regazo de su hermana.
El
lector percibe entonces que la niña se había quedado dormida, y que tras el
sueño fantástico, despertó al sentir que unas hojas de árbol caían sobre su
rostro. Acto seguido, Alicia cuenta el sueño a su hermana, y va a prepararse
para tomar el té vespertino. El capítulo termina narrando cómo la hermana de
Alicia se queda bajo el árbol, recordando la historia que Alicia relató.
Excelente lectura, muy buen blog
ResponderEliminarMuchas gracias por tu publicacion, creo que le servira a muchos estudiantes para hacer futuros trabajos.
ResponderEliminarExcelente trabajo. Felicitaciones. Me encanto la lectura.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe Párese una Muy Buena Lectura, muy interesante y muy útil para muchas personas interesadas en temas como este
ResponderEliminarBuen Blog
Qué chévere! La falsa tortuga es mi preferida.
ResponderEliminarJuan! También te recomiendo una aplicación de Apple que se llama iPoe y tiene cuentos de Edgar Allan Poe pero animados, es muy buena, la encuentran en el AppStore.
ResponderEliminarBuen Trabajo! Me recordaste a mi primer gato que se llamaba Dino, como el de Alicia. :)
ResponderEliminarMuy bien trabajo, estoy segura que le será muy útil a muchos estudiantes.
ResponderEliminarSigue adicionando nuevas historias para leer.
ResponderEliminarme parece muy bacano este blog, bien hecho!!!
ResponderEliminareste es uno de los blogs mas bacanos, te felicito Juan!!! que buena redaccion.
ResponderEliminarhay papa blog muy bueno genial parce
ResponderEliminarUNA MIERDA
ResponderEliminarQUE ME LO MAME MACHUCA MAMAWEBA
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